Y en este sentido, hay que dar más valor al hombre primitivo que al hombre civilizado. Porque el hecho de nombrar es más complejo cuando nuestro entorno aún no está "cosificado" -cuando hay que decidir qué partes de un entorno dado son cosas y cuáles no- que cuando el entorno lo hemos creado nosotros con objetos que hemos concebido previamente en nuestra mente como tales (un grifo, una calle,...), como ocurre en los entornos civilizados.