domingo, 23 de noviembre de 2008

Poetas recuperados

Un poco cegados por las vanguardias y las novedades en el ámbito de la poesía, y huyendo de todo lo que esté relacionado con el primer franquismo, hemos olvidado frecuentemente que a lo largo de toda la primera mitad del siglo XX y entrada la segunda continúa en la poesía española, como un hilo de agua que cruza un campo donde reverbera el sol, una poesía de gran calidad continuadora de las grandes innovaciones que supuso la generación del 98 y de la que poco a poco surgirán las nuevas tendencias de finales del siglo XX: una poesía reflexiva, formalmente envidiable, en la que la historia personal del poeta es una continua fuente de inspiración junto a una búsqueda constante del lugar que el poeta ocupa en su país y su país en el poeta, un gran amor al paisaje y, como elemento nuevo, fuertes conatos de desarraigo en la vida que se traducen en dos momentos aparentemente contradictorios - por un lado, un aferrarse a la tierra frente a los cambios que está introduciendo la sociedad moderna; por otro, un grito frente al desconocido mundo de la ciudad.
Recuperar a los grandes poetas casi desconocidos que a lo largo de décadas completas del siglo XX han ido formando el sustrato de nuestra poesía actual continuando lo que recibieron de los mejores de finales del siglo XIX es una tarea de justicia que, además, mejorará nuestra propia poesía.

"Llueve.
Y la ciudad no lo sabe.
¡Qué distante la ciudad
del pulso mío esta tarde!
Yo tengo venas de aldea
y llueve sobre mi sangre.
¡Alma
se están mojando tus calles!"
(Eduardo Alonso)

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