sábado, 8 de mayo de 2010

Comodidad

La mayor parte de las maldades que cometemos, se deben a simplificaciones mentales. No somos capaces de aguantar la presión que supone atenerse a lo correcto, y entonces buscamos una simplificación. Por ejemplo, que alguien que nos estorba quiere hacernos daño, o que alguien que nos necesita no se merece nuestra ayuda, etc. Esa simplificación nos da una pauta de conducta más cómoda y obramos en consecuencia... haciendo daño. Normalmente, además, siempre encontramos a alguien que nos ayude en esta labor mental, por tener intereses similares a los nuestros (esta es la raíz de tantas murmuraciones vanas y maledicencias).

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