miércoles, 21 de octubre de 2009

El enigma de la esfinge

"La selección natural [...] sólo garantiza la adaptación, y no
es necesariamente más adaptativo lo complejo que lo simple"

(J.L. Arsuaga: El
enigma de la esfinge)

En pocas palabras: que los simples pueden llegar a dominar el mundo, que no necesariamente el mundo camina hacia su perfección, que la semilla de gente como Buda, o Cristo, o Kant, o (añádanse cuantos nombres más se quiera por representar un avance "espiritual" en la historia del hombre...) sólo puede germinar en determinado ambiente sin el cual puede quedar enterrada para siempre.

Y hoy prima la cualidad de las personas para ser adaptables por encima de la de ser coherentes con los ideales (amor, razón, etc.) que la historia nos ha permitido admirar.

Para conservarlos es necesario que la sociedad "quiera" mantenerlos. Es decir, "sepa" valorarlos.

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