jueves, 15 de octubre de 2009

Moléculas

Vuelta de vacaciones, con Burgos y Bilbao visitados, un montón de partidas de ajedrez (muchas de ellas frustrantes, razón por la que al final las he reducido) jugadas por ordenador y un interés renovado por la química y la biología a raíz de la visita a Atapuerca; aunque no pude visitar el yacimiento porque no encajaban los horarios con el de nuestro viaje.
Sigue llamándome la atención la capacidad de los científicos para reducir a unos pocos elementos los problemas más complejos y no puedo menos que comparar esta capacidad con la incapacidad de los urbanistas para hacer lo mismo con la ciudad. Antes al contrario, en urbanismo el proceso es el contrario: multiplicar los elementos con que se trabaja en función de cada caso, consiguiendo así que el problema complejo que es la ciudad se haga aún más complejo.
De nuevo los "modelos": como ocurría en las aperturas del ajedrez, donde los cuatro primeros movimientos permiten tipificar la mayor parte de las aperturas, la vida es una combinación de sólo cuatro tipos diferentes de moléculas. Y aquí hablamos nada menos que de la vida, con toda su complejidad, y no de un conjunto de piedras o minerales. A partir de esos cuatro tipos de moléculas, el resto son combinaciones de sus distintas variaciones. Majestuoso.
Lo dicho: a revisar las cuestiones básicas de la química.

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